Esa es la conclusión a la que han
llegado investigadores de la Universidad de Sevilla, al haber podido comprobar
que originaba una recuperación de sus capacidades cognitivas, una
disminución de la percepción dolorosa y una normalización del tono muscular hasta
niveles normales en ausencia de enfermedad, lo que se traduce en una
mejora de aspectos tales como la ansiedad, la depresión, el dolor
neuropático y la inflamación, por lo que han patentado este empleo.
El aceite de cáñamo presente en esta planta, que
no contiene el cannabinoide THC y por tanto carece de efectos estupefacientes,
es altamente beneficioso para el organismo por su contenido en
ácidos grasos omega-3 y omega-6, y es la proporción a la que se presentan estos
ácidos grasos la posible responsable de este efecto, ya que los efectos
demostrados y descritos anteriormente, no se presentaron con otros aceites como
el de girasol o el de oliva.
El estudio realizado en ratones, está pendiente de que se valide en humanos.
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