miércoles, 28 de enero de 2015

El zumo de remolacha (betabel), útil en la hipertensión

La investigación publicada en la revista Hypertension y financiada por la Fundación Británica del Corazón (BHF, por sus siglas en inglés), refiere que el potencial beneficio terapéutico de la remolacha se debe a sus altos niveles de nitrato inorgánico, sustancia que en el cuerpo humano se convierte en óxido nítrico, que a su vez favorece la relajación y dilatación de los vasos sanguíneos.

Las conclusiones de los investigadores se basan en los resultados de un ensayo clínico en el que participaron 64 pacientes de entre 18 y 65 años de edad. La mitad de ellos tomaba medicación para la hipertensión, y el resto no habían comenzado a medicarse. Los voluntarios fueron asignados aleatoriamente en dos grupos diferentes: un grupo debía tomar un vaso de jugo natural de remolacha (8 onzas/250 ml) y el otro un placebo de jugo de remolacha sin nitratos.

Los pacientes fueron monitoreados durante dos semanas antes y después del estudio, con lo que el lapso de estudio fue de un total de ocho semanas. Los resultados mostraron que los participante que habían bebido el jugo de remolacha durante cuatro semanas experimentaron una reducción en la presión arterial de 8/4 mmHg (sistólica/diastólica), además, experimentaron una mejora de un 20% en la dilatación de los vasos sanguíneos y la rigidez de las arterias se redujo un 10%.

En las dos semanas siguientes en las que no bebieron el jugo de remolacha, la presión arterial de los pacientes volvió a subir a sus niveles iniciales.

“Estos hallazgos sugieren un papel clave del nitrato en la dieta como una herramienta de fácil disponibilidad y un tratamiento asequible, coadyuvante en el tratamiento de los pacientes con hipertensión. Esta investigación ha demostrado que una dosis diaria de nitrato inorgánico puede ser tan eficaz como la intervención médica en la reducción de la presión arterial y la mejor parte es que podemos obtenerlo de la remolacha y de otras verduras de hoja verde”, resaltó Amrita Ahluwalia, coautora del estudio.

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