viernes, 17 de octubre de 2014

Probióticos, escudo contra metales pesados

Diferentes estudios con probióticos sugieren que estos tendrían una serie de beneficios potenciales para la flora intestinal, facilitar la digestión y evitar el estreñimiento, pero sus bondades serían aún mayores. De acuerdo con un estudio del Canadian Centre for Human Microbiome and Probiotics, brindarían protección contra la exposición a metales pesados.

La investigación publicada en línea en “mBio”, la revista de la Sociedad Americana de Microbiología (ASM, por sus siglas en inglés), estudió cómo una clase especial de probióticos (Lactobacillus rhamnosus) podrían proteger a mujeres embarazadas y a niños contra el daño de la salud ambiental en zonas pobres del mundo.

El equipo científicos, dirigido por el Dr. Gregor Reid, trabajó con la población de Mwanza en Tanzania, que vive a las orillas del Lago Victoria, que se sabe está contaminada con pesticidas y metales tóxicos como el mercurio. Distribuyeron entre las mujeres embarazadas y los niños un tipo de yogur que contenía Lactobacillus rhamnosus y al inicio y al final del estudio midieron los niveles de metales tóxicos en su organismo.

Los resultados mostraron que el consumo del probiótico tenía un efecto protector significativo contra el mercurio y el arsénico en las mujeres embarazadas, lo que podrían disminuir los efectos negativos en el desarrollo del bebé. Además, entre los niños que participaron se observaron niveles inferiores de toxinas.

Si bien, los autores del trabajo reconocen que el tamaño de la muestra y la duración del estudio no permiten tener un aval estadístico significativo, se muestran entusiasmados por el potencial que tendrían los probióticos para proporcionar protección a las mujeres embarazadas en todo el mundo.

Investigaciones científicas han demostrado las repercusiones negativas de los metales pesados en el ecosistema y la salud del ser humano cuya exposición está relacionada con problemas de salud como: retrasos en el desarrollo, varios tipos de cáncer, daños en los riñones, e incluso, la muerte. Los metales pesados tóxicos más conocidos son el mercurio, el plomo, el cadmio y el arsénico.

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