lunes, 27 de mayo de 2013

Un hallazgo casual demuestra que la vitamina C puede ser útil en el tratamiento de la tuberculosis

Como en otros muchos descubrimientos, los investigadores de la Universidad Yeshiva (Nueva York, EEUU) se "tropezaron" con el poder antituberculoso de la vitamina C casi por casualidad.
 
Mientras estudiaban cepas de "Mycobacterium tuberculosis" resistentes al tratamiento con isoniazida, se dieron cuenta de que estas bacterias tenían un déficit importante de una molécula denominada micotiol. "Entonces, planteamos la hipótesis de que esas bacterias que no tenían micotiol tendrían una mayor cantidad del aminoácido cisteína. [...] Y supusimos que si añadíamos isoniazida y cisteína a bacterias que sí respondían al tratamiento, lograríamos desarrollar en ellas una resistencia", explican los investigadores en un comunicado.
 
Pero, al contrario de lo que esperaban, cuando fueron a verificar el resultado del experimento se encontraron con que ya no había cultivo. Las bacterias habían sido destruidas por la acción de la cisteína.
 
Aún sorprendidos, quisieron dar un paso más en la investigación y comprobar si un elemento con propiedades similares a las de la cisteína, la vitamina C, también era capaz de destruir a la bacteria responsable de la tuberculosis.
 
Para ello, de nuevo recurrieron a la isoniazida y, en este caso, le añadieron vitamina C para, después, incluir la combinación en muestras de Mycobacterium tuberculosis tanto sensibles como resistentes a los fármacos, observándose que también acababa con las bacterias, incluso si las cepas eran resistentes a un amplísimo espectro de antibióticos.
 
Por tanto, las conclusiones de este estudio, publicadas en la revista "Nature Communications", sugieren que el nutriente esencial es capaz de destruir al mycobacterium tuberculosis, bacteria responsable de los cuadros de tuberculosis, incluso si éstas son resistenetes a los tratamientos antibióticos convencionales.
 
De momento, esta propiedad de la vitamina C sólo se ha demostrado "in vitro", es decir en cultivos en laboratorio, por lo que los investigadores piden cautela, pero el hallazgo, aseguran, ya ha abierto la puerta a nuevas líneas de investigación y a una posible mejora en los tratamientos.
 
Aunque no se han podido aclarar completamente aún los mecanismos exactos que explican esta "aniquilación" bacteriana, los investigadores sugieren que se debe a que la vitamina C favorece en este caso la producción de especies reactivas al oxígeno (como los radicales libres), que dañan el ADN de los patógenos y contribuyen a su degradación.

Fuente: http://www.nature.com/ncomms/journal/v4/n5/full/ncomms2898.html 

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