martes, 2 de abril de 2013

Las vitaminas del grupo B mejoran algunos de los síntomas de la esquizofrenia

La esquizofrenia es una enfermedad mental que cursa con una serie de "síntomas menores" como la apatía, el retraimiento social y la incapacidad de manifestar emociones, que aunque no son tan graves como los síntomas más conocidos, como las alucinaciones, los delirios y la paranoia, causan un deterioro significativo, porque los antipsicóticos no los modifican.

El folato, una de las vitaminas B, interviene en la producción de los neurotransmisores. Desde los años 60, la deficiencia de folato está asociada con la aparición de la esquizofrenia y hay investigadores que detectaron un aumento de los trastornos mentales después de hambrunas en China y los Países Bajos, por ejemplo.

Este estudio es el primero sobre los efectos de los suplementos con folato en un grupo grande con esa enfermedad mental realizado en varios hospitales de Massachusetts, Nueva York y Michigan.

Sin embargo, poseer una u otra versión de un gen clave de la metabolización del folato, una vitamina B, marcaría una gran diferencia en la respuesta a los suplementos con la vitamina que se utilizan para tratar los síntomas menores de la esquizofrenia.

Un equipo estudió a 140 personas con esquizofrenia durante 16 semanas y halló que las portadoras de una variante de alta performance del gen FOLH1 respondían más al ácido fólico y los suplementos con vitamina B12 que las portadoras de la variante de baja performance del gen.

Los autores dividieron a los participantes en el estudio en dos grupos al azar. Uno recibió 2 mg de ácido fólico y 400 mcg de vitamina B12, que potencia el efecto del ácido fólico, diarios durante 16 semanas. El otro grupo recibió un placebo, sin suspenderle el tratamiento normal (grupo control).

Al inicio del estudio, los pacientes tenían síntomas moderados a graves, según reveló una evaluación con una escala para determinar la gravedad de los síntomas menores.

El grupo tratado con el suplemento mejoró en las 16 semanas, pero cuando el equipo analizó qué variante del gen FOLH1 poseía cada participante se pudo identificar al subgrupo más beneficiado. Los portadores de la versión de alta performance del gen eran los que mejor procesaban los suplementos. En esos participantes, los síntomas negativos cayeron unos cinco puntos, un cambio significativo que no se registró en los integrantes del grupo control con la misma variante del gen. Los valores de folato en sangre de los portadores de la variante de baja performance tratados con los suplementos finalmente alcanzaron los niveles de los portadores de la variante de alta performance. Y esos participantes habrían mejorado en la escala de evaluación de síntomas si el estudio hubiese durado más de 16 semanas.

Fuente: http://archpsyc.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=1660588

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