domingo, 7 de junio de 2009

Flatulencia o meteorismo



Los gases, están presentes en el aparto digestivo de cualquier persona en condiciones normales, procedentes de la deglución, bien de forma inconsciente con los alimentos especialmente si comemos deprisa, al masticar chicles o beber bebidas gaseosas por ejemplo o de forma consciente que es lo que denominamos aerofagia. Además debemos sumar los que se forman en el interior de nuestro tracto digestivo, durante el proceso de la digestión, pudiendo producirse hasta 1’5 litros de gases al día, que usualmente se eliminan por el recto en forma de ventosidades, siendo normal eliminar entre 14 a 23 al día, que cuando son excesivas denominamos flatulencia.



Su composición es muy variada, encontrándose anhídrido carbónico, nitrógeno, oxígeno, hidrógeno y algunas veces metano. El mal olor que pueden tener al expulsarlos se debe a que algunas bacterias presentes en el intestino grueso producen gases que contienen azufre, que da un olor a huevos podridos.


Con los eructos, se pueden eliminar parte de los gases que se han acumulado en el estómago. El resto pasa al intestino delgado en donde son parcialmente absorbidos y otros forman burbujas que se van desplazando con los movimientos intestinales llegando al recto para ser expulsados. A veces, estos gases producen unos ruidos llamados borborigmos.



El que unas personas presenten más o menos cantidad de gases se debe fundamentalmente a la presencia de determinadas cepas y cantidades de bacterias que forman parte de la flora intestinal y a la alimentación y de todos es conocido que hay alimentos que generan más gases que otros.



Algunos alimentos causan más gases que otros: la proteínas y las grasas producen pocos gases, pero en cambio, los hidratos de carbono y los azúcares producen muchos gases. La mayoría de los cereales, que contienen grandes cantidades de hidratos de carbono producen gases cuando son digeridos, con la única excepción del arroz. La lactosa, azúcar presente en la leche, es un azúcar que requiere de una enzima, llamada lactasa para su digestión. Algunos niños tienen poca lactasa en su aparato digestivo y la lactosa sin digerir puede fermentar en el intestino grueso produciendo gases. Otros azúcares como la fructosa,o el sorbitol presentes en los productos sin azúcar, también pueden producir gases. La fibras, que forman parte de muchos alimentos, pasan intactas a través del intestino delgado. Las fibras insolubles tampoco son atacadas en el intestino grueso y facilitan el tránsito y la consistencia de las heces. Las fibras solubles, por el contrario, son digeridas en el intestino grueso, produciendo gases.


Los síntomas pueden ser muy variados pero sobre todo quienes padecen de estos molestos gases, se quejan de sensación de hinchazón de abdomen, eructos, flatulencia y dolores intestinales.


Los eructos se deben a la eliminación de los gases que tragamos al ingerir los alimentos y quedan en el estómago, aunque algunas personas pueden tener aumentada su expulsión como les ocurre a quienes padecen reflujo gastroesofágico.


El dolor a veces puede ser muy intenso y puede simular desde un dolor por infarto hasta un dolor típico de una apendicitis o de cálculos en la vesícula biliar.


Aunque de todos es conocido como ciertos alimentos generan más gases que otros, también existe una susceptibilidad individual que hace que alimentos que a unas personas no le producen gases, a otras sí, por lo que en muchos casos habrá que basarse en la experimentación y observación. En general se deberán evitar todos aquellos alimentos que generan flatulencia como las legumbres, lechuga, coliflor, pasta, etc.



Existen medicamentos que pueden disminuir los gases intestinales, pero existen numerosas sustancias naturales que pueden cumplir perfectamente ese efecto siendo de todos conocido como actúan en este sentido plantas medicinales como el anís verde, el comino, la alcaravea o el hinojo. Otro remedio también muy efectivo son los comprimidos de carbón activo o carbón vegetal tomados antes de las comidas. Además se deberán evitar aquellos hábitos que hacen que traguemos aire, como el comer deprisa o mascar chicle y caramelos.


Por último cabe la posibilidad de aliviarlos empleando sales de Schüssler, para lo que emplearemos asociadas Calcarea phosphorica 6DH, Natrum phosphoricum 6DH y Natrum sulphuricum 6DH.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen aporte, gracias!

Anónimo dijo...

Excelente