miércoles, 27 de mayo de 2009

Dismenorrea o dolor menstrual


COMO MIGAR EL DOLOR MENSTRUAL

Al dolor menstrual se le conoce con el término médico de dismenorrea. Es tan frecuente (entre una tercera parte y la mitad de las mujeres en edad reproductiva según los estudios lo padecen en mayor o menor intensidad), que la mayor parte de quienes lo sufren lo asumen como algo más de su regla y se limitan a tomar analgésicos o antiinflamatorios para poder mitigar el dolor que a veces puede ser bastante invalidante impidiendo desarrollar una actividad totalmente normal durante esos días, siendo en muchos casos motivo de absentismo escolar y laboral.

La dismenorrea no solo se presenta como un dolor en la zona pélvica, sino que además este dolor en los casos más intensos puede acompañarse de muy variados síntomas, como dolor en la zona renal, molestias mamarias con aumento de la turgencia de los senos, distensión abdominal, calambres o pesadez de piernas, cefaleas, náuseas y vómitos, desmayos, diarrea o estreñimiento y cambios del humor con más tendencia depresiva e irritabilidad.

Durante la menstruación, lo que ocurre es que el útero se desprende de la capa más interna del mismo, el endometrio, para ser renovado y prepara un nuevo tejido con la finalidad de que si se produce un embarazo, ese óvulo fecundado pueda anidar y desarrollarse con más facilidad sobre un tejido más joven para que llegue a buen puerto ese embarazo, por lo que es necesario que se eliminen los restos del endometrio del anterior ciclo en forma de sangrado. Para que esto ocurra, además de producirse una serie de cambios hormonales, responsables del desprendimiento del endometrio, es necesario también que se sinteticen y liberen en mayor cantidad unas sustancias llamadas prostaglandinas, concretamente la E2 y F2α, que hacen que se contraiga el útero para poder así eliminar el contenido menstrual, siendo éstas precisamente las responsables de que aparezcan cólicos y dolor.

Conviene aclarar que aunque no es probable, ante un dolor menstrual se deben descartar ciertas enfermedades ginecológicas como miomas, endometriosis u otras patologías utero-ováricas, por lo que se debería acudir a un ginecólogo para confirmar que no se padecen. Éste tras descartarlas probablemente nos recetará un medicamento de efecto antiinflamatorio ya que inhiben la síntesis de las prostaglandinas responsables del dolor o un anticonceptivo oral, que al evitar la ovulación, también impiden que se formen éstas.

Sin embargo, existen multitud de alternativas naturales a estos medicamentos de síntesis carentes de efectos secundarios y sobre todo mucho más respetuosas con los procesos fisiológicos que tienen lugar en nuestro organismo. Además los remedios que exponemos a continuación, son compatibles unos con otros, por lo que ante la falta de respuesta total en cuanto a eficacia del tratamiento, podemos combinarlos entre ellos.

Dentro del campo de la fitoterapia, son recomendables la asociación de plantas medicinales como la manzanilla, valeriana, pasiflora y jengibre, bien en infusión o en extractos fluidos pues han demostrado su eficacia terapéutica al ejercer un efecto relajante muscular y en casos de dismenorreas leves, éstas desparecen. También en la infusión, podemos colocar dos ramitas de canela para mejorar la fórmula.

El aceite de semillas de onagra (Oenothera biennis) o el de borraja (Borago officinalis), es uno de los remedios más empleados y conocidos en el tratamiento de la dismenorrea y del síndrome premenstrual. Poseen un ácido graso esencial de la serie omega 6 llamado ácido gamma linolénico, que actúa como precursor de las prostaglandinas E1 que poseen un efecto antiinflamatorio y estabilizador de la membrana celular. Estas prostaglandinas E1, son distintas de las que se liberan en la dismenorrea (E2 y F2α), y parecen contrarrestar los efectos de éstas. También los ácidos grasos de la serie omega 3 se han utilizado con éxito en el tratamiento de esta patología pues tienen un efecto antiinflamatorio. Los encontramos fundamentalmente de procedencia animal, en pescados azules y focas, pero también de origen vegetal como el que se obtiene de las semillas de lino y de las nueces.

Las sales de Schüssler, también nos ofrecen alternativas eficaces para combatir la dismenorrea. La principal es Magnesia phosphorica que actúa como un antiespasmódico, disminuyendo el dolor, a la que se puede asociar Ferrum phosphoricum cuando se acompaña de signos típicos de inflamación.

La vitamina B1, presente en alimentos como las carnes, la levadura de cerveza, yema de huevo, legumbres, frutos secos, cereales integrales, patatas o arroz, así como el magnesio más abundante en cereales, frutos secos, legumbres y germinados han demostrado una evidencia en el control y tratamiento de la dismenorrea. Por el contrario, la vitamina E también popular también en el tratamiento de la dismenorrea, los estudios realizados con ella nos demuestran que su eficacia es similar a la del placebo, por lo que no estaría indicada.

La aplicación de calor local en la zona infraumbilical bien con un parche térmico, una almohadilla eléctrica, un saquito de heno o trigo sarraceno calentado previamente en el horno o microondas o incluso con una botella llena de agua caliente y envuelta en un paño, ayuda a mitigar las molestias y dolores en caso de dismenorrea, con una eficacia similar a la de los antiinflamorios.

Otras medicinas complementarias también aportan remedios útiles como la acupuntura que debe ser practicada por personal cualificado o la acupresión que podemos realizar en casa. Especialmente útil es el masaje en el punto Sanyinjiao que está a cuatro traveses de dedos (la anchura de los cuatro dedos juntos) por encima del tobillo en el lado interno de la pierna y por detrás del borde de la tibia, aplicándose en los dos tobillos con el pulgar durante 6 segundos seguidas de 2 de descanso, repitiéndose durante 5 minutos y volviendo a realizarse 4 veces al día. La homeopatía también nos ofrece soluciones para la dismenorrea empleándose ciertas plantas medicinales pero preparadas según el método homeopático entre las que se encuentran Lycopodium, Belladona, Platina o Staphysagria.

Es importante y aunque no existen demasiados estudios científicos al respecto, modificar ciertos hábitos de vida, pues se relaciona una mayor intensidad del dolor con el tabaquismo, el sedentarismo o la ingesta excesiva de grasas saturadas y alimentos proteicos de origen animal y la cafeína, por lo que se debería recomendar el abandono del hábito tabáquico, realizar más ejercicio físico, llevar una dieta que tendiera al menos hacia el vegetarianismo y sin grasas tanto animales como vegetales y eliminar el café y las bebidas excitantes con cola.

La presencia de fibra en la dieta en forma de cereales, frutas con piel y verduras, es un factor también importante para determinar la aparición de dismenorrea y su intensidad. En un estudio realizado en Japón donde se valoró la eficacia en la dieta de la soja, las grasas y la fibra, solo esta última demostró ser capaz de controlar el dolor menstrual cuando se alcanza una media de 14 gramos diarios.

Conviene recordar por último que muchas mujeres tienen reglas dolorosas hasta su primer parto. Esto se debe a que el cuello del útero en las mujeres que no han tenido hijos se encuentra mucho más cerrado que en las que ya han dado a luz por vía vaginal y por tanto el útero no tiene que realizar contracciones tan intensas para liberarse de los restos menstruales. Por eso conviene que volvamos a retomar un parto más natural por vía vaginal en un momento donde España empieza a ser famosa por el elevado número de cesáreas programadas.

Siguiendo estos sencillos consejos son muchas las mujeres que se han visto libres de estos síntomas tan molestos. Así que si padece estas molestias, anímese y póngalas en práctica y si no recomiéndeselas a quien las pueda necesitar.

4 comentarios:

Lydia Sánchez Sánchez dijo...

Tengo a mi hija de 21 años, que desde los 16 comenzó su calvario de dismenorrea, yo no lo pude identificar al principio, pues ningún médico me lo supo manejar como tal. sólo le recetaban anticonceptivos, que lo único que le estaban ocasionando eran síntomas secundarios, que ustedes sin duda y conocerán. Investigue en internet y conocí la enfermedad como tal, hoy la combato con comida natural, vitaminadas y jugos, pero no se le ha ido del todo, así qu pondré en práctica su tratamiento para ver resultados, le hice los estudios necesarios, no tiene miomas, pero el sedentarismo también tengo que combatirlo, pues mi hija se encierra mucho, con esta información le haré ver que necesita el ejercicio urgentemente, pues no toma café y las grasas estas controladas, pero veré más esos detalles.Gracias por la información pondré a prueba lo que leí,en su primera oportunidad iré con un homeópata.

Anónimo dijo...

Me ha servido de mucho esta información.
los médicos que pagamos todos, la seguridad social, no se preocupa casi nada de la nutrición, enseguida te mendan potentes analgésicos sin recomendarte muchos de estos métodos.

Con todos estos síntomas, desmayarse, dolorosos cólicos que te tumban del dolor y estar en la cama por dos dias sin poder moverte, diarrea, vómitos, depresión... ¿por qué no se considera una enfermedad?

Un saludo.

Unknown dijo...

doctor que sirve para la endometriosis que afecta o tiene pegados los intestinos y la trompa de falopio?

Dr. D. Joaquín Outón Ruiz dijo...

La endometriosis es una patología en la que crece tejido propio del endometrio (el que recubre la cavidad interna del útero) fuera de su localización habitual pudiendo aparecer en las trompas, ovarios, vejiga o intestinos, provocando diversos síntomas siendo los más importantes el dolor, la hipermenorrea o exceso de menstruación o los problemas de fertilidad.
Aunque la causa no está clara y existen varias hipótesis, una de ellas es el desbalance entre los estrógenos y la progesterona, y de hecho se puede utilizar con éxito una planta que contiene una fitoprogesterona natural como es el ñame o wild yam que contiene cesa sustancia llamada diosgenina que es la que tiene esa acción. En España se comercializa entre otros nombres con el de Progesvit y se suele recomendar 2 cápsulas al día, pero si no eres de aquí, pregunta en un herbolario por un ñame titulado en diosgenina y sigue las instrucciones del fabricante